Era una tarde cálida, terminé mis reuniones virtuales temprano, había un ambiente agradable porque el viento corría y refrescaba todo el lugar, y sentí una necesidad inmensa de ver a mis hermanos… pero no podía. Era abril de 2020, y había un cierre general en Sao Paulo, y adicionalmente, las fronteras habían sido cerradas.
Ese día pensé con nostalgia en nuestras reuniones familiares, en las celebraciones de cumpleaños, los paseos, los viernes de pizza y “drinks”, y con actitud positiva me dije que ya volverían.
Pasaron los días, los meses, y hasta dos años. Saltamos cumpleaños, las reuniones de zoom se volvieron cada vez más escasas, no podíamos salir ni reunirnos. Poco a poco fuimos dejando de lado nuestra vida social, nuestras interacciones, y aprendimos nuevas formas de vivir, sin gente, sin contacto, sin testigos…
Los nuevos comportamientos de la pandemia, el estar aislados, no arreglarnos, sentarnos 14 o más horas en frente del computador, comer solos, dormir desordenadamente, dejar de saber de las personas y olvidar el contacto humano, se convirtieron en hábitos y ya hasta nos sentíamos cómodos encerrados en las casas. Olvidamos la importancia de las relaciones en nuestras vidas.
Sin embargo, empezó el despertar de la pandemia y paulatinamente fuimos entendiendo, que olvidar y reaprender, es necesario para volver a tener una vida de excelencia e impacto, y que es hora de forjar un nuevo camino.
Según Claudio Fernández-Aráoz, quien se dedica a estudiar y apoyar a ejecutivos para realizar cambios personales y profesionales que impulsen su crecimiento, aquellos que logran pivotar hacia vidas más ricas y significativas lo hicieron prestando atención y alineando 6 áreas críticas, o seis C:
- capacidad (los talentos que trae a la mesa)
- conectividad (las relaciones que tiene)
- credibilidad (su reputación)
- contemplación (la capacidad de dar un paso atrás y mirar el panorama general)
- compasión (para usted mismo y otros)
- compañeros (personas que te hacen más feliz y fuerte)
La conectividad, compasión y el contar con compañeros y amigos, tienen como base las relaciones interpersonales, las cuales perdimos durante los últimos dos años.
Pensamos mucho como podríamos ayudarnos a recuperar ese gusto por otros humanos y por los momentos compartidos, y sentimos que cualquier motivo era bueno para celebrar y para construir una experiencia enriquecedora e inolvidable. Soñamos en diseñar, con nuestro conocimiento, experiencias que dejen huellas indelebles en los corazones, para nuestros amigos, y fue así como nació nuestra empresa Seisentidos.
Venimos trabajando para crear nuestro portafolio de experiencias, presenciales, digitales, en una caja o en un salón, con el objetivo principal de vibrar, resonar y llegar a tu corazón, con experiencias pensadas en ti, y para ti, que te ayuden a reconectar y a crear o renovar vínculos con tu gente querida.
Esperamos con esto también reorientar el propósito de nuestra vida, y ser felices generando momentos felices. La vida siguió, y hoy tenemos nuevas razones. Vale la pena celebrarlas!